La energía que hay a finales de verano y principio de otoño es descendente haciéndose poco a poco más contractiva.
Todavía hace calor, pero no es tan intenso, la energía va calmándose y relajándose. Nuestro cuerpo, empieza a sentirse con ganas de un cambio. Atrás se quedaron los días de piscina y playa y empezamos a recogernos cada vez más con otro tipo de actividades.
En la naturaleza, podemos observar como poco a poco las plantas y los árboles empiezan a perder ese verdor que hasta el momento tenían y que poco a poco va desapareciendo.
También empezamos a ver otros alimentos que nos brinda la naturaleza para poder sentirnos mejor, en esta estación; nuestro cuerpo también tiene que empezar a recogerse y adaptarse al cambio ya que tenemos que ser conscientes de que la vibración energética disminuye.
A finales de verano y principio de otoño, el órgano más afectado es el Bazo, la glándula el Páncreas y la víscera el Estómago. En este momento de cambio, deberíamos de alimentarnos con unos alimentos más dulces como por ejemplo:
- Mijo, avena, arroz dulce, arroz salvaje.
- Calabaza, cebolla, col, nabo, coliflor, boniatos... (verduras redondas, dulces y de raíz)
- Garbanzos
- Manzana dulce, uva, ciruelas pasas, avellanas, higos, almendras, piñones.
- Alga arame
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